[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» column_margin=»default» column_direction=»default» column_direction_tablet=»default» column_direction_phone=»default» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» row_border_radius=»none» row_border_radius_applies=»bg» overlay_strength=»0.3″ gradient_direction=»left_to_right» shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_tablet=»inherit» column_padding_phone=»inherit» column_padding_position=»all» column_element_spacing=»default» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_shadow=»none» column_border_radius=»none» column_link_target=»_self» gradient_direction=»left_to_right» overlay_strength=»0.3″ width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» bg_image_animation=»none» border_type=»simple» column_border_width=»none» column_border_style=»solid»][vc_column_text]Si notas malestar, cansancio, desmotivación, tristeza, irritabilidad, nerviosismo, insomnio o molestias estomacales… lo más probable es que se deba (una vez más) al fin de las vacaciones y a la anticipación del trabajo o rutina. Este conocido “síndrome postvacacional” es una reacción muy normal y no suele durar más de dos semanas, por lo que no cabe alarmarse.
La buena noticia, es que ofrece una oportunidad única para marcar la diferencia y prevenir el malestar. Y como en la mayoría de las situaciones, dependerá de tu actitud.
¿Significa convencernos de ver “todo color de rosa”? ¿No supone un gran esfuerzo? ¿No es solo teoría? No, no y no. Se trata de aprender a pensar de forma realista, sobre cosas casi insignificantes y cotidianas que en conjunto tienen un gran poder de transformarnos. A menudo son opciones rápidas, fáciles y con efectos inmediatos. Si lo practicas, más formará parte de lo normal y no supondrá un gran esfuerzo, sino que será algo automático y estimulante. Veamos:
¿Cómo puedes hacer que estos días de retomar las obligaciones cotidianas sean tan buenos como los de antes? ¿Cómo puedes aumentar tu bienestar?
Por ejemplo, te puede ayudar…:
- Adaptarte a los nuevos ritmos de forma anticipada y relajada. Programar la vuelta al menos dos o tres días antes y recuperar tu horario habitual de sueño y comidas, reincorporarte a media semana al trabajo…
- Desmitificar: ni las vacaciones son tan “maravillosas” ni la vuelta tan “horrible” (siempre y cuando lo que vayas a hacer te motive y te sientas reconocido). Y recuerda que hay otros fines de semana, festivos y puentes esperándote!
- Aprovechar la inercia y energía para afrontar nuevos retos personales y laborales. Y si no es posible marcar tus propios ritmos como antes, disfruta de la mirada fresca y renovada en cada tarea que comienzas.
- Retomar de forma gradual las tareas. Es importante priorizar las tareas y empezar por lo más agradable y sencillo. Ten en cuenta que seguramente no seas tan productivo ya que tu rendimiento y concentración al principio no va ser óptimo. Descansa a menudo = energía
- Potenciar la vida social y familiar. No te regodees en el malestar por la vuelta y ejercita el humor más que nunca, sal a tomar algo o practica ejercicio moderado…Por cierto, ¿has hecho algo agradable en tus vacaciones que puedas continuar haciendo?
Ahora:
¿Qué se te ocurre hacer hoy que marque la diferencia? ¿Qué puedes perder?
¡Emprende al menos una acción! ¡Ya!
Te invito a comentar con nosotros alguna actitud (o acción) propia que te ayude a mejorar tu vuelta a la rutina, así como tus experiencias y opiniones. ¡Gracias![/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]